La razón de ser del Club es ayudar a los padres en su tarea formativa en un ámbito - tiempo libre - que muchas veces escapa a sus desvelos en la sociedad de hoy. Por tanto, directivos, preceptores y profesores son conscientes de que su acción educativa está subordinada a los intereses de los padres que deciden confiarles esta parte de su labor.

Se busca por ello la contínua participación de los padres y de las madres

¿SON COSAS DE NIÑOS?

Aníbal, aquel gran caudillo cartaginés, allá por el siglo III antes de Cristo, se decidió a atacar a los romanos en su misma tierra. Preparó la expedición a Italia con cuidado. Atravesó los Pirineos y la cordillera de los Alpes, a costa de grandes esfuerzos. Esta última travesía le llevó alrededor de un mes. 

A partir de ese momento, fue ya de victoria en victoria. En la batalla de Cannas (216 antes de Cristo), produjo unas setenta mil bajas a los romanos. Pero entonces, en vez de ir directamente contra Roma, se retiró a Capua, donde se le atribuye, a él y a su ejército, una vida de ocio y entretenimiento. 

Esto dio tiempo a los romanos para reorganizarse y acabar venciendo a Aníbal. Cuentan que el famoso general, ante su inminente derrota, se lamentaba así de su retraso en atacar la capital de Imperio: "¡Cuando podía, no quise. Y ahora que querría, no puedo!". 

Pues que con la educación del chico puede repetirse la historia de Aníbal. Cuando más se podría hacer, se le consiente todo, enternecidos por su encantadora sencillez y su infantil simpatía, y no se actúa. Y cuando por fin se quiere actuar, resulta que ya es tarde. No hagamos de la frase "son cosas de niños" el cajón de sastre de nuestra permisividad. 

Muchos padres son poco conscientes de la envergadura y de la magnitud de las fuerzas que dificultan la correcta educación de los chicos durante su adolescencia.